El abeto es una especie maderable que necesita para desarrollarse suelos húmedos y profundos además de humedad ambiental. El abeto soporta muy bien el frío, pero no las heladas tardías. A pesar de que en España podemos disfrutar de esta especie en la región pirenaica desde Navarra hasta Gerona, formando masas puras o como especie acompañante de otras especies de montaña como el haya o el pino, el abeto se trata de una especie más propia de Europa central.
Existe una gran demanda de la madera de abeto en el mercado por su ligereza y durabilidad. La madera de abeto se utiliza principalmente en carpintería de interior, entramados ligeros, madera laminada encolada, mobiliario, instrumentos musicales o embalajes de madera.
La madera de abeto se caracteriza por ser una madera homogénea en la que no se distingue a simple vista la albura del duramen, con una tonalidad muy clara con una coloración que va desde el blanco al blanco-rosado.
La madera de abeto es una especie considerada como poco o no impregnable. Presenta dificultades para absorber y retener productos protectores, por lo que -por lo general- no se le aplican tratamientos protectores ni se utiliza para exteriores.
La variedad más utilizada es Abeto Picea o Abeto Rojo, que -paradójicamente- es más parecido al pino que al abeto, por lo que también se le llama Falso Abeto.
Características del Abeto Picea
Color: La albura es de tonos blancos amarillentos y el duramen amarillo, pudiendo alcanzar tonos rojizos.
Fibra: Recta.
Grano: De medio a fino.
Defectos Característicos: Suele tener bastantes nudos pequeños y saltadizos.
Densidad: Madera ligera, aproximadamente 450 kg/m3.
Dureza: 2,2 según el test de Monnin. Madera blanda.
Durabilidad: No es considerada una madera durable. Es susceptible a la acción de hongos e insectos. Debe tratarse siempre.
Índice de contracción volumétrico de 0,44%. Algo nerviosa.
Resistencia a la compresión: 470 kg/cm2
Resistencia a flexión estática: 795 kg/cm2
Módulo de elasticidad: 121.000 kg/cm2